lunes, octubre 31, 2005

Entrevista con Eoin O'Broin


ENTRE LINEAS ENTREVISTA: Eoin O’Broin, responsable del Sinn Féin para Asuntos Europeos
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“El gobierno británico mantuvo el diálogo con el IRA durante los 25 años de lucha armada”

El verano pasado, el IRA anunciaba el abandono definitivo de las armas. Arrancaba así una nueva etapa en el proceso de paz en Irlanda del Norte. Entrelíneas ha hablado con Eoin O’Broin, responsable del Sinn Féin para Asuntos Europeos, sobre una normalización política que, aunque necesaria, todavía parece lejana. La reactivación del gobierno autónomo y la desmilitarización de la zona son las asignaturas pendientes. A continuación se reproduce la entrevista íntegra con O’Broin. Un extracto de la misma fue publicada en el número 12 del periódico quincenal Diagonal, el pasado mes de septiembre. ¿Un refrito? Sí y no.

ENTRE LÍNEAS: Tras el abandono de las armas por parte del IRA, ¿cuál puede ser el próximo paso importante en el proceso de paz en Irlanda del Norte? ¿La devolución de la autonomía a la Asamblea de Irlanda del Norte?
EOIN O’BROIN: Se especula mucho sobre este tema. Hay quien sugiere que tardará seis meses, otros dicen que más. En el Sinn Féin creemos que la Asamblea y el Consejo Ministerial de Irlanda, que enlaza la Asamblea del norte con el Parlamento Irlandés, del sur) debe reestablecerse cuanto antes. Nunca debió suspenderse. El gobierno británico tiene el poder para reestablecer la Asamblea, y el Sinn Féin está haciéndoles un llamamiento para que lo haga lo más pronto posible. La Asamblea fue suspendida a petición del Partido Unionista del Ulster (UUP) por el gobierno británico hace casi tres años. Fue una decisión política y electoral para asegurar las posiciones políticas del UUP. La suspensión se produjo por unos motivos falsos. Por lo tanto, legalmente el poder recae sobre el gobierno Británico, pero la responsabilidad política la comparten los unionistas irlandeses y el gobierno de Londres. La declaración del IRA es un avance político importante e histórico. Ha dado una nueva oportunidad al estancado proceso de paz, aquí en Irlanda. Ahora todos los partidos políticos y los gobiernos irlandés e inglés tienen la responsabilidad de llevar el proceso político hacia delante. Las bases de esto tienen que ser los Acuerdos de Viernes Santo. Ahora hay que comenzar el proceso de discusión sobre cómo poner en práctica todos los aspectos de esos Acuerdos. Evidentemente, este es uno de los temas clave en las negociaciones que han empezado en septiembre. E.: Tras esa devolución de competencias, el nuevo ejecutivo deberá estar formado mayoritariamente por miembros del Sinn Féin y del Partido Democrático del Unionista (los más votados en las elecciones de 2003). Pero el líder del DUP, el reverendo Ian Paisley, se muestra contrario a los acuerdos de paz y al diálogo con los republicanos. ¿Cómo afronta el Sinn Fein esa negociación?E.O.: Cuando la Asamblea se reforme, el gobierno estará compuesta por los cuatro partidos más votados: Sinn Féin, SDLP, DUP, y UUP, de acuerdo con su resultado electoral. Es una coalición de poder compartido que funciona bajo el principio del consenso. Sobre el DUP, es cierto que eran unos participantes reacios cuando la Asamblea anterior estaba en marcha y tenía capacidad para hacer cosas. Aunque se mantuvieran en sus ministerios. Desde entonces, ha habido un cambio significativo en sus posiciones públicas y privadas, ambas en cuanto a su relación con el Sinn Féin y a los temas relacionados con los Acuerdos de Viernes Santo. Es importante separar su postura en público, cuyo objetivo es intensificar su poder en las negociaciones, y su posición actual, que es muy diferente. Es verdad que todavía no se quieren sentar y negociar formalmente con el Sinn Féin. Pero en mi opinión, eso va a cambiar. La cuestión no es si van a sentarse o no, sino cuándo y en qué términos. Bajo Ian Paisley hay una capa de liderazgo más joven y pragmática. Todavía hay una corriente muy derechista y unionista, pero está claro que quieren pactar. Saben que sin el Sinn Féin no pueden influir en las políticas de ninguna asamblea. En ese sentido, el precio de la influencia es hablar y trabajar con los republicanos irlandeses. Este es uno de los mayores desafíos de las negociaciones. Algunos analistas son un poco pesimistas. Personalmente, soy mucho más optimista. Tenemos que esperar a que empiece 2006 para ver un cambio real en las posiciones públicas del DUP. Pero ese cambio llegará.

E.: ¿El éxito del proceso de paz en Irlanda del Norte radica en que todas las partes han renunciado a algo?
E.O.: Por supuesto que no. El Sinn Féin está tan comprometido con la reunificación de Irlanda como en cualquier otra etapa de nuestra historia. Actualmente estamos haciendo campaña a favor de ese objetivo. El proceso de paz trata de sustituir las condiciones que llevan a un enfrentamiento armado por un clima nuevo, pacífico y más democrático en el que todos los sectores de la opinión política tengan los mismos derechos y puedan perseguir sus objetivos en libertad y abiertamente dentro de un proceso político. Acabar el conflicto no significa acabar con unas aspiraciones y convicciones profundamente arraigadas. Significa respetar los derechos de las personas y asegurar que el espacio político está abierto a todos. Desafortunadamente este no ha sido el caso durante décadas aquí, en el norte de Irlanda. Por eso nuestra sociedad ha vivido un conflicto tan largo.

E.: La muerte de Mo Mowlan ha traído a la actualidad la figura de una persona que fue importante para la paz en Irlanda del Norte. Supongo que es necesario que los protagonistas del proceso tengan una especial capacidad de diálogo, de trabajo, de carisma...
E.O.: No estoy de acuerdo. La muerte de Mo Mowlan ha sido muy trágica. Pero como Ministra Británica para Irlanda del Norte su trabajo fue reforzar los intereses políticos y estratégicos en Irlanda. Esa fue la misma política que la de sus predecesores y la de los que la sucedieron Sí, es importante tener líderes políticos fuertes y valientes en todas las partes del conflicto. Y aquí hemos sufrido mucho la falta de esos líderes, especialmente en el lado británico y unionista en los últimos años. Pero es más importante tener un movimiento político que repercuta en la vida de la gente. También es crucial tener un apoyo popular al proceso. Por lo tanto, aunque los líderes desempeñan un papel clave, no es menos importante que el papel que desempeñan todos los sectores de la sociedad a todos los niveles. Y no es menos importante que la fuerza que hacen que la resolución del conflicto tenga éxito.

E.: ¿Qué opina de Paul Murphy, el actual Ministro Británico para Irlanda del norte?
E.O.: La cuestión no está en una persona individual, sino en la política de un gobierno. El Ministro Británico lleva a cabo la política que ha determinado el gobierno de turno. Por lo tanto tiene que tener diferentes cualidades personales que hagan más fácil o más difícil trabajar con él, pero al final es la política lo que cuenta. En el Sinn Féin no queremos ver ningún Ministro Británico interfiriendo en los asuntos irlandeses. No tienen un fundamento democrático ni derecho político para determinar el transcurso de la política irlandesa. Por lo tanto, el mejor Ministro Británico para Irlanda del Norte será el último. El problema real es el fracaso continuo del gobierno británico a la hora de poner en práctica con rigor los Acuerdos de Viernes Santo. Los últimos acontecimientos indican que la dirección de esta política podría estar cambiando, pero tendremos que esperar y ver.

E.: Uno de los aspectos que parecen más delicados de abordar es la excarcelación de presos. ¿Cómo ha sido ese proceso?
E.O.: Para nosotros ese tema no es más difícil de abordar que cualquier otro. Los presos políticos existen porque el conflicto existe. La solución del conflicto requiere la excarcelación de los presos políticos. Ellos tienen una contribución muy valiosa que aportar a la edificación del proceso de paz. Sin la excarcelación de los presos políticos republicanos no habría proceso de paz. Es interesante que las fuerzas armadas del Estado: la policía, el ejército o los grupos paramilitares, muy pocas veces han estado en la cárcel. Pero a pesar de esos aspectos complejos, la excarcelación es absolutamente necesaria en cualquier proceso de resolución de un conflicto. En Irlanda, Palestina y Sudáfrica ha sido así, y será igual en la resolución del conflicto entre España, Francia y Euskadi.

E.: ¿Y qué sucede con los familiares de las víctimas? ¿Cómo viven con los activistas de la comunidad opuesta en la calle?
E.O.: Primero tienes que pensar en el conflicto como algo más que una pugna entre dos comunidades. El único protagonista militar en este conflicto ha sido el Estado británico. Hoy en día hay más soldados desplegados aquí en Irlanda que en Iraq. Así que las cuestiones sobre los presos y las víctimas no sólo atañen a republicanos y unionistas si no que conciernen también al Estado británico. En segundo lugar, no se puede distinguir entre víctimas y verdugos. Ambos casos se dan en las dos partes, lo que hace que el problema sea más complejo. Por ejemplo, un combatiente del IRA puede ser el autor de un crimen. Pero cuando él o ella es torturado en prisión se convierten también en víctimas. Muchos combatientes en el conflicto fueron a menudo directa o indirectamente víctimas de la violencia antes de convertirse en activistas. Así que no todo es blanco o negro. Y también están los que usan directamente la violencia y aquellos que usan la política para crear las condiciones en que activan la violencia. Que son los que utilizan la violencia, los soldados británicos o el gobierno británico. Son cuestiones que no se deben pasar por alto.Habiendo dicho todo esto, claramente las víctimas son un diverso y plural grupo de personas de nuestra sociedad con necesidades que deben ser atendidas, en términos de cómo ven el proceso de resolución del conflicto (incluyendo la amnistía de los combatientes) y política y socialmente debemos tratar la cuestión.Hay muchas organizaciones que representan a las víctimas y formadas por diferentes grupos de víctimas. Familiares por la Justicia representa a las víctimas de la violencia de Estado. FAIR representa a las víctimas de la violencia del IRA. Otras asociaciones como WAVE dan asesoramiento para una amplia variedad de víctimas. Cada asociación tiene diferentes posturas en temas como la liberación de presos, indemnizaciones, compensaciones por parte del Estado para superar pérdidas y traumas etc. Lo que necesitamos es un proceso para toda esa gente. Que tenga en cuenta las diferentes sensibilidades. Algunas de ellas serán privadas y otras requerirán un proceso formal de recuperación de la verdad y de reconciliación. Recuerdo muy bien una medida en Euskadi promovida por el PNV pero apoyado por el PP y el PSOE en el cual las víctimas de la violencia de ETA fueran recordadas y sus familiares condecorados. Lo que más llamaba la atención de este hecho fue la exclusión de las víctimas de los gobiernos francés y español, de aquellos asesinados por los GAL o en otras acciones secretas a lo largo del tiempo. Esta clase de manipulación partisana del tema de las víctimas no ayuda a la resolución del conflicto. Lo mismo ocurre con la movilización que hace el PP de los familiares de las víctimas. En muchos casos este tipo de manipulaciones dificulta el progreso de la política y simplemente sirve para socavar cualquier intento de resolución del conflicto. Así lo demuestra nuestra experiencia en Irlanda, donde hay quien continúa discutiendo sobre si algunas víctimas merecen más que otras. Para algunos, existen jerarquías incluso entre los muertos.

E.: Otro de los objetivos es reducir el número de soldados británicos y de instalaciones militares en la zona ¿En qué punto se encuentra ese proceso de desmilitarización?
E.O.: Bueno, seguimos en una especie de limbo político. El IRA ha hecho su declaración. El gobierno británico contestó anunciando importantes medidas de desmilitarización. Medidas que, cabe recordar, deberían haber sido anunciadas y cumplidas hace seis años, con los Acuerdos de Viernes Santo. Ahora la gente está esperando que la comisión para el desarme aplique ese Acuerdo en la entrega de armas. Entonces tendremos dos informes, uno en octubre y otro en enero, elaborados por la llamada Comisión Independiente de Seguimiento, que dará su opinión sobre si la declaración del IRA ha sido aprobada. Durante y después de esto, negociaremos. Pero hoy hay una sensación de espera a que este proceso comience. Mientras tanto, hay un nivel de violencia considerable por parte de los paramilitares unionistas en Belfast y en unos cuantos pueblos del norte de la ciudad, en el condado de Antrim. Aquí hay pequeñas y aisladas comunidades nacionalistas que han estado sujetas a una campaña sistemática de acoso y violencia mientras los líderes unionistas se mantienen al margen y no hacen nada. Te puedes imaginar cómo se sienten muchos nacionalistas y republicanos. Los unionistas gastan todo su tiempo hablando de las armas del IRA, que están en silencio, y condenando al Sinn Féin mientras los paramilitares unionistas atacan casas de nacionalistas por la noche. Es una situación muy delicada. También hay, además, un enfrentamiento entre dos grupos paramilitares unionista, la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF) y la Fuerza de Voluntarios Lealistas (LVF). Cuatro personas fueron asesinadas en las últimas seis semanas en este enfrentamiento. Y otra vez los políticos unionistas permanecen visiblemente mudos ante todo esto. Lo mismo hacen muchos de los líderes políticos del sur de Irlanda. Por lo tanto en el suelo de la situación actual se está abriendo un vacío político muy peligroso mientras los republicanos llevan la iniciativa política y a cambio se ven expuestos a la violencia unionista.

E.: El Royal Ulster Constabulary, el cuerpo de policía norirlandés, polémico por ser acusado de servir a los intereses unionistas, cambió de nombre en 2001 y pasó a llamarse Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI). ¿Se trata de un mero lavado de imagen o realmente se está produciendo una reforma en profundidad?
E.O.: Ese es uno de los temas más polémicos de todo el proceso, para todas las partes. El Acuerdo de Viernes Santo prometió “un nuevo comienzo para la policía”, reconociendo que el RUC había sido un protagonista militar clave en los últimos 30 años del conflicto y en los 50 años anteriores de dominio autoritario por parte del estado británico. La resolución real del conflicto evidentemente exigiría una propuesta de policía completamente nueva. El gobierno británico, basándose en los Acuerdos de Viernes Santo, creó una comisión para formular propuestas sobre este tema. En 1998 la Comisión Patton hizo 175 recomendaciones; la mayoría de ellas todavía tienen que ser puestas en práctica. El Sinn Féin hizo más de 200 recomendaciones a esa comisión. De todas formas, estamos dispuestos a aceptar el informe de la comisión como un compromiso y continuar haciendo campaña para conseguir un cambio en las estructuras de la nueva policía. En cualquier caso, tanto el gobierno británico como los unionistas se opusieron a muchas de esas propuestas, que eran muy alcanzables y moderadas atendiendo a la mayoría de las policías europeas. Al final, sólo un pequeño número de recomendaciones fueron traducidas en leyes y como resultado sólo tenemos un gran cambio cosmético. El Sinn Féin está rechazando cooperar con el PSNI y pedimos que el informe Patton sea llevado a cabo por completo y se transfieran a la Asamblea las competencias de policía y justicia, que no eran originariamente competencias propias de la Asamblea. Este va a ser uno de los asuntos más polémicos en las próximas negociaciones. Pero está claro que si realmente queremos resolver las causas del conflicto, los protagonistas militares tienen que eliminarse de la ecuación. Las organizaciones paramilitares tendrán que desarmarse, el ejército británico tendrá que volverse a casa y la policía deberá transformarse radicalmente de una fuerza casi militar a un servicio democrático, transparente y respetuoso con los derechos civiles de todos.

E.: Usted ha viajado mucho a Euskadi en los últimos años y conoce de cerca el conflicto vasco. ¿Qué le parece la propuesta del gobierno de Zapatero de abrir una negociación tras una renuncia a la lucha armada por parte de ETA? ¿Es posible esperar el comienzo de una negociación pidiendo previamente el abandono de la violencia?
E.O.: Tengo sensaciones contradictorias sobre la forma que tiene el gobierno Zapatero de abordar la situación en Euskadi. Por un lado parece continuar muchos de los errores del gobierno de Aznar. Prohibiendo partidos políticos, cumpliendo la dispersión de presos políticos, limitando la libertad de expresión y reunión, y rechazando entablar un diálogo serio con todos los líderes políticos de Euskadi para tratar todos los asuntos que están en la base del conflicto. Por otro lado, la resolución del parlamento español, hace unos meses, a favor del diálogo es interesante y apunta la posibilidad de un acercamiento diferente al conflicto. Un acercamiento que no esté basado en la criminalización ni la represión, sino en el diálogo y la resolución. El problema para muchos de nosotros es que no sabemos qué tipo de acercamiento está haciendo ahora. Personalmente, observo con interés y me reservo mi opinión. Lo que está claro es que si adopta la misma política que Aznar y González, simplemente servirá para aumentar el ciclo del conflicto y a la larga hacer más difícil cualquier resolución. En este sentido, la elección es suya, y mucho depende de lo que elija. El gobierno británico estuvo hablando con el IRA en todas las etapas de los 25 años de lucha armada del IRA. La idea de que sólo hablarás con tus oponentes políticos o militares cuando hayan satisfecho esta o esa exigencia no tiene sentido y realmente Zapatero lo sabe, a pesar de lo que pueda decir en público. Se especula mucho sobre si está habiendo contactos entre el gobierno y ETA. Quién sabe lo que puede estar pasando entre bastidores.

E.: La ilegalización de Batasuna ha dado lugar a la posibilidad de prohibir manifestaciones cuando éstas han sido convocadas por personas que pudieran estar relacionadas con la formación abertzale. ¿Qué opina de esta medida promovida por los dos partidos mayoritarios del Estado Español?
E.O.: La ilegalización de partidos políticos, igual que la de organizaciones juveniles, el cierre de periódicos (Egunkaria) y revistas (Ardi Beltza) demuestra dos cosas. Primero destaca el hecho de que el sistema político español no entiende, o no quiere aceptar, la realidad que hay en el fondo del conflicto en Euskadi. El problema no es ETA, o el nacionalismo vasco, o la actividad de Batasuna, o la política editorial de Egin. El problema es que los derechos básicos del pueblo vasco a resolver sus problemas en democracia y libertad han estado sistemáticamente negados por la administración política de Madrid desde la II República hasta hoy. Hasta que este problema clave no se resuelva, siempre habrá un conflicto político. En Segundo lugar, la ilegalización y la criminalización evidencian el vacío político que ha habido en los sucesivos gobiernos españoles. La criminalización sólo sirve para hacer más profundas las causas del conflicto para después radicalizar la opinión pública, tanto en Euskadi como en España. Muchos de nosotros creemos que, especialmente en referencia al PP, el objetivo de esas políticas no fue el de resolver el conflicto político de Euskadi, sino movilizar a la opinión pública española hacia para reafirmar el dominio electoral del PP en el parlamento español. Lo que está claro es que la ilegalización de partidos ha fallado. ¿Por qué? Porque no puedes ilegalizar la opinión pública. No puedes ilegalizar una parte del electorado que apoya al nacionalismo de izquierdas. No pueden estar todos en la cárcel, o deportados, no pueden negarles la libertad de elegir a sus representantes políticos. Por lo tanto, cada vez que prohíbes un partido o no permites a una persona presentarse a unas elecciones, un nuevo partido, una nueva persona, aparecerá para sustituirles. El reciente resultado electoral del Partido Comunista de las Tierras Vascas lo demuestra, igual que la continuada existencia de Segi, o del periódico Gara. Es curioso que la Ley de Partidos haya sido aprobada en el 25 aniversario de la transición democrática, tras la muerte de Franco. Y para muchos analistas internacionales, la imagen de un estado miembro la Unión Europea ilegalizando partidos, cerrando periódicos, arrestando y torturando periodistas e intentando negar los derechos ciudadanos básicos, como la libertad de expresión y de reunión, hace que nos preguntemos hasta dónde ha llegado España tras la muerte del dictador, por lo menos en cuanto a la política del gobierno en relación con Euskadi.

E.: ¿Quién debe redefinir su estrategia política: la izquierda abertzale, el gobierno español, el PNV... todos?
E.O.: Es una pregunta importante. En mi opinión, todos los actores tienen que preguntarse a sí mismos qué pueden hacer hoy para ayudar al desarrollo de un proceso de resolución del conflicto. Necesitan mirar sus posiciones y alcanzar propuestas para la resolución. Los nacionalistas vascos lo han estado haciendo con la propuesta de Batasuna en Anoeta y el llamado Plan Ibarretxe. La pregunta más interesante es dónde están las propuestas de los partidos españoles y, lo más importante, del gobierno español. Evidentemente el PSC y el PSE están a favor del diálogo, pero los políticos del PSOE en Madrid parecen un poco lentos a la hora de responder positivamente a las propuestas de los nacionalistas vascos o de sus líderes regionales. Ahora, quizás se estén produciendo contactos o conversaciones entre esos diferentes actores con el objetivo de avanzar en alguna dirección. En Irlanda, las conversaciones secretas entre el gobierno británico y los nacionalistas irlandeses se produjeron, durante varios años, antes del alto el fuego del IRA de 1994. Contestando a la pregunta, todos necesitan hacer algo para tender puentes durante el transcurso del conflicto. Y no me refiero sólo a los líderes políticos, sino a todos los que estamos involucrados en el proceso político. Todos tenemos que abrir nuestras mentes a las opiniones y las posiciones de otros, necesitamos entablar un diálogo real, porque el éxito de la resolución de cualquier conflicto recae en toda la sociedad y no sólo sobre nuestros representantes políticos.

E.: ¿Pero no cree que la propuestas del PNV y de Batasuna no tienen el suficiente respaldo de la amplia mayoría de los partidos vascos para ser una propuesta de solución válida? ¿No debería darse un consenso previo?
E.O.: Por supuesto, pero para llegar a un consenso necesitas diálogo. Incluso la ciudadanía no estará de acuerdo con todo siempre. En una primera fase, lo importante es el proceso, no las propuestas. Por ejemplo, en los comienzos del proceso de paz irlandés el Sinn Féin y el SDLP alcanzaron una serie de propuestas que tenían más que ver con el proceso que con la solución. Esas propuestas fueron rechazadas por los unionistas y el gobierno británico. Pero sirvieron para comenzar el proceso que llevaría al Acuerdo de Viernes Santo. Mientras los unionistas rechazaron las propuestas de Hume y Adams, por lo menos los gobiernos británico e irlandés se comprometieron a avanzar. Si hubieran rechazado esas propuestas, entonces el proceso de paz habría sido aplazado para mucho después en Irlanda. Yo creo que ningún conjunto de propuestas contiene la solución, sino que ese proceso de diálogo y compromiso político es necesario en las dos partes para avanzar en la solución, buscar el consenso y mantenerse abiertos a las ideas y las propuestas de los demás. Hoy veo buena voluntad por parte del PNV-EA y Batasuna, a pesar de sus desacuerdos, para comprometerse en este ripo de proceso. Lo que no veo es una disposición similar en los líderes políticos de Madrid.

E.: Es decir, que Euskadi vive una etapa del conflicto diferente y las políticas, los pasos a dar, son también diferentes...
E.O.: No creo que sea una cuestión de etapas. Cada proceso es diferente y sigue diferentes caminos. Hablando con militantes y amigos de la izquierda española, muchas veces me llama la atención qué poco conocen o comprenden la realidad y las posiciones del nacionalismo vasco. A menudo realmente se sorprenden cuando argumento que el gobierno español y los partidos políticos tienen la responsabilidad de mover la situación política hacia delante. Para ellos no se puede hacer nada hasta que ETA haga esto o los nacionalistas vascos hagan lo otro. Este tipo de pasividad explica que esos políticos que quieren aprovecharse del conflicto para fines políticos, más en el PP que en el PSOE, se puedan salir con la suya; porque en la opinión pública española se dice “toda a culpa es de ETA”, “toda la culpa es de los nacionalistas vascos”, etc...

E.: En definitiva, y salvando las distancias, encontramos en el proceso de paz de Irlanda del Norte claves que pueden ser útiles para lograr la paz en Euskadi...
E.O.: Sí, aunque las situaciones son muy diferentes, creo que hay lecciones que pueden ser aprendidas. No sólo del proceso de resolución en Irlanda, también de otros como el de Sudáfrica o el de Palestina. En primer lugar, la clave es el diálogo. Y diálogo sin condiciones. Sin esto, no puede pasar nada. En segundo lugar todos los temas deben estar sobre la mesa. La idea de que el gobierno puede dictar qué es lo que se puede discutir no tiene sentido. La agenda tiene que estar realmente abierta a todos los temas. En tercer lugar tiene que reconocerse que hay más de un foco de violencia. Se necesita más de un protagonista militar para mantener un conflicto. En particular, la idea de que los estados español y francés no tienen culpa en el uso ilegítimo de la violencia tiene que cambiar. Desde el GAL hasta los últimos “asesinatos” pasando por la actual tortura de detenidos y presos políticos, el uso que los estados hacen de la violencia debe ser reconocido. Tras esto, todas las partes deben admitir que han sufrido y ejercido la violencia sobre los otros. Por último tiene que haber un reconocimiento de que el conflicto no es por la violencia. La violencia es siempre un síntoma de los problemas sociales, económicos, políticos y culturales. Los conflictos son siempre por poder, derechos, gobierno y problemas relacionados con éstos. En Irlanda, el único camino por el que podemos realmente resolver el conflicto, que ha afectado a una pequeña pero importante parte del mundo, es reconociendo que los derechos de las personas han estado y están siendo negados y que sólo cuando esos derechos sean completamente respetados y el pueblo pueda gobernarse a sí mismo con respeto y dignidad, sin interferencias, podremos verdaderamente estar en paz. Ningún país tiene el derecho de imponer sus deseos a otro. Los pueblos deben tener el derecho a su autodeterminación. Esto quiere decir cosas diferentes en lugares diferentes en momentos diferentes, pero los principios básicos se mantienen. En mi opinión, hasta que el pueblo vasco no pueda decidir libre y democráticamente su propio futuro, esos problemas continuarán afectándonos a todos.

* Eoin O’Broin ha plasmado sus estudios sobre la historia del movimiento radical juvenil vasco en su libro “Matxinada” (Txalaparta, 2004).

[La entrevista publicada en el número 12 de periódico quincenal Diagonal, puede leerse aquí]

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"La Infanta Su Alteza Real Leonor asume el título de Reina de España". ¿España, siglo XV? No, España siglo XXI. Se pretende reformar la constitución para eliminar la discriminación de la mujer en la sucesión de la corona mientras se permite la discriminación por razón de nacimiento en el acceso de los españoles a la Jefatura del Estado. Buscar la lógica dentro de lo ilógico.

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